INTRO (Julio 2015)
Es Lunes, 9 de la mañana, las calles de Madrid expulsan
fuego a principios de Julio. Se observa la primera oleada de guiris que vienen
de vacaciones y se refrescan en las terrazas con tinto de verano frio en el
centro de la ciudad.
Observo una baja energía en la población autóctona, parece
que la dureza de trabajar en verano en la capital nos va consumiendo poco a
poco.
Con la mochila a cuestas y agradeciendo la gran compañía que
me hacen los cascos que llevo pegados a mis orejas, en los que suena una lista que
mezcla reggae, swing, hip-hop, drum&bass, rock, balkan, ska etc… camino con
paso ligero.
Bajo las escaleras del metro, me dirijo al andén y cuando
llega el convoy dejo salir a los pasajeros; entro en un caluroso vagón donde el
sonido de los aires acondicionados me hace entender que están trabajando al máximo
rendimiento sin gran productividad.
Al colocar mi mochila en el suelo encuentro un periódico
tirado en cuya portada sale reflejado un titular que habla sobre la aplicación
de la ley mordaza. Con esto mi mente
retrocede a recuerdos sucedidos en este año y a la lucha de muchas personas para
impedir esta determinación.
En la siguiente parada muchos pasajeros desalojan el vagón y
a cambio para los que se quedan sube solo un músico con un saxofón a la
espalda, lo saca de su funda y antes de comenzar a tocar se dirige a los
pasajeros con unas palabras de introducción.
Comienza a interpretar una canción, que me suena bastante, y pasado un tiempo la reconozco
definitivamente: es el Matador. Mi mente
retrocede años atrás recordando que esta canción se tocó en mi batucada, pues su
ritmo pausado recordaba al SAMBA-REGGAE
brasileño.
Este recuerdo me despertó aún más las ganas de que llegue el
miércoles, el día de la semana que nos juntamos todos para ensayar. El día que
se une la “familia” y que se hace una pausa en todas las obligaciones y
responsabilidades del interior de la semana para darle tiempo a la expresión
artística grupal. Día en el que cada miembro aporta una importante pieza única y
exclusiva para que la gran maquinaria continúe funcionando.
Fieles al grupo y a los valores de éste, que desde sus
inicios saltan de generación a generación, y sujetos a un lema y a unos
colores, salen sentimientos muy especiales de unidad, dando sin pensar en
recibir y aun así recibes mucho más de lo que das y con un único deber que es
el de apoyarnos unos a otros para que así todos logremos el éxito en conjunto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.